Introducción
El Monte Urgull y el Castillo de la Mota forman uno de los conjuntos históricos más significativos de San Sebastián. Sus murallas, ampliaciones y sucesivas intervenciones a lo largo de los siglos narran la evolución de la ciudad, sus defensas y la transformación del paisaje urbano. El recorrido hacia la parte alta del monte permite observar la superposición de épocas, desde los restos más antiguos del castillo roquero medieval hasta añadidos del siglo XX.
Orígenes del Castillo de la Mota
Las crónicas más antiguas atribuyen a Sancho III, el Mayor, la construcción inicial de un pequeño castillo roquero con cuatro torres. Sobre esa estructura primitiva se levantaría, ya en 1195–1196, el castillo impulsado por Sancho VII, el Fuerte, responsable de definir gran parte de la planta que aún se reconoce en el conjunto.
El castillo tuvo una vida convulsa: solo cuatro años después de iniciarse su construcción, la Navarra de Sancho el Fuerte perdió estas tierras, y las fortificaciones pasaron por etapas de ocupación, ampliación y deterioro.
Capas de historia visibles en la piedra
El ascenso por las escaleras junto a la Batería del Gobernador revela la coexistencia de muros medievales, intervenciones posteriores y restauraciones más contemporáneas. La diferencia entre la piedra antigua y obras añadidas en el siglo XX —como el tramo levantado en torno a 1950— permite leer el paso del tiempo sobre la propia muralla.
Uno de los espacios más llamativos es una estancia abovedada donde se aprecia la presencia de chimeneas y huecos de almacenaje. Se ha interpretado como un posible refugio para almacenaje o resguardo, y, según testimonios, durante la ocupación francesa pudo haber servido incluso para guardar vino o munición.
La explosión del polvorín y la capilla intacta
La historia del castillo guarda un episodio especialmente significativo: la explosión de un polvorín que destruyó buena parte de las estructuras. La magnitud del estallido fue tal que prácticamente todo quedó devastado, excepto la capilla, que permaneció en pie. El hecho fue interpretado en su momento como un símbolo para la población, al convertirse en el único punto que resistió la destrucción.
El Sagrado Corazón y su polémica
En la cima de Urgull se alza el Sagrado Corazón, construcción que con el tiempo ha originado debate público. Aunque el diseño definitivo se asocia con decisiones tomadas durante el régimen franquista, la iniciativa de construir la estatua pertenece en realidad a la etapa republicana, lo que introduce matices en su interpretación histórica.
La presencia del monumento se suma a la larga tradición de intervenciones en Urgull: desde las fortalezas medievales hasta las baterías defensivas, pasando por restauraciones modernas. La superposición de capas históricas es una constante en este monte, y forma parte de su identidad patrimonial.
El proyecto de dinamitar Urgull
Un episodio poco conocido señala que, cuando el Ayuntamiento recibió en propiedad el monte y sus estructuras tras la presencia militar, existió la idea de demoler todas las edificaciones vinculadas a usos castrenses. A comienzos del siglo XX se llegó a proyectar la voladura completa del conjunto.
La iniciativa nunca se llevó a cabo debido a la muerte accidental del ingeniero responsable, lo que evitó la desaparición total del patrimonio defensivo del monte. De haberse ejecutado, el paisaje actual habría sido un espacio verde sin rastro de sus muros históricos.
San Juan del Sur: una bahía que recuerda a Donostia
Un testimonio curioso vincula Urgull con un lugar lejano: San Juan del Sur, en Nicaragua. Quienes la visitan señalan similitudes sorprendentes con San Sebastián: una bahía semicircular, un promontorio coronado por una figura religiosa —también un Sagrado Corazón— y un desarrollo urbano aún limitado, que evoca la Donostia de hace un siglo. La comparación permite reflexionar sobre cómo el urbanismo y el paisaje moldean la memoria colectiva de las ciudades costeras.
Elementos singulares del castillo
En el recorrido por la parte alta de la fortificación se conserva también una estructura identificada como una horca del siglo XV, ubicada en un punto visible sobre la muralla. Su posición estratégica sugiere que pudo estar destinada a ejecuciones públicas, aprovechando la visibilidad sobre la ciudad y el entorno.
El paisaje histórico de Urgull
Caminar por Urgull permite imaginar un entorno completamente distinto al actual. Antes de la repoblación vegetal, el monte estaba prácticamente despejado de árboles, lo que ofrecía una visión completa del ascenso de cualquier persona desde la ciudad. Hoy, la vegetación frondosa cambia radicalmente esa percepción del lugar.